Tlazohcamati, FEMSA - FEMSA
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Tlazohcamati, FEMSA

FEMSA

Por: Jorge Arturo Antonio, Inspector de Calidad en el Centro de Distribución de OXXO de San Martin Obispo.

 

 

Mis papás son originarios de la mera huasteca. Tanto ellos como mis abuelos y bisabuelos nacieron en San Luis Potosí; ahí, entre montañas y una hermosa vegetación se esconde Tamazunchale, un pueblito rico en cultura, gastronomía y tradiciones provenientes de nuestros ancestros, los aztecas.

 

Aunque yo nací y crecí en la Ciudad de México, he tenido la fortuna de visitar frecuentemente esa región durante toda mi vida. Desde pequeño, aprendí otra forma de comunicarme al escuchar a mis padres hablar con mis abuelos en náhuatl, su lengua materna, la cual posee una gran riqueza e influencia en el castellano.

 

Vivimos en uno de los países del mundo con mayor diversidad lingüística, que dan origen a palabras que incluso se utilizan en otros países, y hasta al mismo nombre de México, que en náhuatl significa “ombligo de la luna”.

 

Entre más aprendo de nuestras raíces, más orgulloso me siento de haber nacido rodeado de una historia tan rica y significativa, por lo que creo urgente e importante que sigamos haciendo esfuerzos para conservarla.

 

Yo me desempeño como Inspector de Calidad en el Centro de Distribución de OXXO de San Martin Obispo, en el Estado de México, y desde el día de mi ingreso, hace ya 6 años, percibí que la cultura y valores que aquí se viven, iban muy de la mano con los míos.

 

Para mí, que venía de trabajar 9 años en otra empresa y sentía algo de miedo e incertidumbre por el cambio, llegar a un lugar en donde eres valorado y con igualdad de oportunidades fue un gran acierto; sin duda, una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

 

Durante mi tiempo en OXXO, he tenido la oportunidad de conocer y convivir con compañeros pertenecientes a otros pueblos indígenas de nuestro país y es increíble cómo nunca dejo de aprender de ellos. Está por ejemplo Alberto Alavez, un chico que creció en Oaxaca y vino a la Ciudad de México a trabajar; hoy se desempeña notablemente en la línea de surtido de cajas, y cada vez que va a su pueblo regresa con bonitas anécdotas y deliciosos panes típicos para compartir.

 

Él está orgulloso de su origen, y los que lo conocemos, lo estamos aún más de ver su determinación y progreso. Su visión nos nutre a todos como equipo y nos motiva a llegar cada vez más lejos.

 

Es muy triste saber que gran parte de nuestra sociedad en México no valora lo afortunados que somos de tener raíces indígenas, ya que son la base de la riqueza de nuestro país.

 

Mientras los extranjeros vienen a conocer nuestra cultura y se quedan maravillados con todo lo que tenemos, está el otro lado de la moneda, en donde siguen sucediendo casos de discriminación por parte de los mismos mexicanos hacia los grupos indígenas.

 

Frases como “lo bajaron a tamborazos del cerro”, o el uso del término “indio” como despectivo, vienen desde el mismo lugar: desde la ignorancia.

 

Es tarea de todos como ciudadanos, el ayudar a erradicar este problema social; en lo personal con nuestros hijos e hijas y nuestro círculo cercano, y en lo profesional, impulsando que las empresas abran más foros, dinámicas y actividades relacionadas con este tema.

 

En los Centro de Distribución de OXXO, año con año tenemos el concurso de ofrendas por el Día de los Muertos; el año pasado, participé junto con algunos compañeros en la creación de una ofrenda dedicada a los teotihuacanos, en donde hicimos un códice con semillas y hasta lo presentamos en lengua náhuatl, todo con el objetivo de dar a conocer a los compañeros una pequeña parte de nuestra cultura.

 

El respeto a nuestras raíces, la diversidad de personas con las que convivo, la cultura que nos motiva a trabajar en equipo por nuestros objetivos, y el impulso a desarrollarnos personal y profesionalmente, es algo que no se ve en todas las empresas.

 

Por poner un ejemplo, actualmente curso la Licenciatura en Gestión Comercial en el Instituto OXXO, una oportunidad que me está brindando la empresa para continuar con mis estudios y una muestra más de que confían en nosotros, en nuestros talentos y capacidades, y en todo lo que podemos aportar al negocio.

 

La oportunidad está ahí para todos; no importa de dónde venimos, sino hacia dónde vamos.

 

Estoy orgulloso de pertenecer a OXXO, una empresa mexicana de verdad; y digo de verdad, porque respeta y protege la continuidad de nuestras tradiciones y brinda oportunidades para todos y todas. Como mexicanos, ése es nuestro deber: involucrarnos más en estos temas, rescatar nuestra cultura, practicar nuestras costumbres y sembrarlas en nuestras familias y empresas para no dejar que mueran.

 

Cuando voy a Tamazunchale y veo con admiración a mis papás y abuelos seguir esforzándose, o a mis hijos interesados en nuestras tradiciones y tratando de aprender palabras en náhuatl, cuando percibo el olor del tamal de pollo en el comal y el café recién cortado, molido y puesto en la olla, el corazón se me llena de orgullo y de ganas de seguir estudiando, trabajando y creando un México mejor y más rico.

 

Tan rico como mi taza de café.

 

Los abuelos de Jorge continúan inculcando sus tradiciones a toda la familia.