Por: Ignacio Piñeyro Fernández, Gerente de Planta Alcorta, en Coca-Cola FEMSA Argentina.
Desde el rock, pasando por la electrónica y hasta los ritmos africanos, la música es algo que me acompaña desde siempre. Soy percusionista, aprendí a tocar djembe con maestros originarios de Senegal, Malí y Guinea. Ellos me enseñaron que la función de la percusión es dictar el ritmo a los demás instrumentos. Me gusta pensar que mi misión en Coca-Cola FEMSA Argentina es contribuir, con la misma pasión que me inspira la música, a mantener el ritmo dentro de nuestro equipo y trabajo diarios.
Nací en Uruguay hace 42 años y mi relación con FEMSA comenzó allá, trabajando en Montevideo Refrescos, ahora Coca-Cola FEMSA Uruguay. Soy Ingeniero Mecánico e Industrial y si algo he aprendido es que nunca dejamos de aprender. Por eso, tras comenzar en el área de Abastecimiento, me fui moviendo a otros equipos como el de Mantenimiento. Tiempo después decidí intentar en la industria metalúrgica y después de dedicarme a ello por siete años, surgió la oportunidad de venir a Argentina a Coca-Cola FEMSA Planta Alcorta.
De eso hace ya once años, tiempo en el que he crecido mucho, tanto personal como profesionalmente. Aquí en Argentina, junto a mi esposa y mis hijos, tenemos una vida muy feliz y eso es lo más importante. Siempre he pensado que la familia es lo más lindo que uno puede tener y la mía es mi máximo orgullo.
Recientemente cumplí mi primer año como Gerente de Planta Alcorta, donde somos alrededor de 650 personas dándole vida a las diez líneas de producción. Somos muchos y la responsabilidad es grande, pero formar parte de esta compañía es de las cosas que más disfruto porque aquí encontré un lugar donde puedo ser yo mismo: innovar, organizar, explorar otras formas de trabajo y aprender de mis compañeros todos los días.
Estoy convencido de que la visión de un líder debe incluir objetivos a mediano y largo plazo que sólo pueden alcanzarse a través del desarrollo de buenos equipos de trabajo. Esto va más allá de hacer equipo en la parte técnica, requiere también procurar ambientes de trabajo confortables, equitativos, diversos e inclusivos, donde todos y todas nos sintamos libres de aportar desde nuestras capacidades y diferencias. Esta lección la he aprendido de nuestros directivos de FEMSA y Coca-Cola FEMSA; ellos nos visitan regularmente, se ponen el chaleco y los botines de seguridad que usamos nosotros todos los días y recorren cada rincón de la planta, conversando y escuchando a todos por igual. Y justamente escuchar es algo fundamental para nuestro funcionamiento como equipo. Tenemos el deber de escuchar y aceptar que en muchas cosas otros saben más que nosotros y brindar a las personas la confianza para que puedan debatir con libertad y seguridad de que sus opiniones serán valoradas. Éste es uno de mis principales objetivos.
El otro objetivo que mantengo es continuar trabajando en el tema de la diversidad. En el último año muchas mujeres se han sumado a nuestra operación y los resultados han sido sobresalientes. Además de invertir en vestuarios cómodos para ellas, entre otras mejoras, se hizo todo un proceso de acompañamiento para hacerlas sentir bienvenidas, motivadas y seguras. Sin duda esto no sólo llegó para quedarse, sino que va a continuar creciendo. Ahora estamos trabajando en sumar personas con algún tipo de discapacidad; sabemos que representa un reto porque hay muchos aspectos a considerar, pero sin dudas vale la pena intentarlo. Con esfuerzo y planificación vamos a avanzar día a día en este sentido.
Por todo esto, por tener la oportunidad de trabajar en lo que me gusta, estar con personas que me enseñan todos los días, así como mis maestros percusionistas, me siento muy orgulloso de formar parte del equipo Coca-Cola FEMSA y ayudar a mantener el ritmo de los procesos.
Somos orgullosamente KOF, ¡somos FEMSA!