Por: Lorena Guillé-Laris, Directora de Fundación FEMSA.
Soy de las personas que creen que el destino no es cuestión de azar, sino de elección. Mi abuelo solía decir que “Éxito solamente viene antes de Trabajo en el diccionario”. Por tanto, para mí el destino es la sumatoria de decisiones (conscientes e inconscientes) que una persona u organización va tomando a lo largo de su vida, multiplicado por el factor trabajo y el factor contexto (En fórmula la imagino así: Destino= Σdecisiones * T * C).
En mi historia personal de vida, el factor contexto ha tenido un peso muy importante.
Crecí en un hogar cargado de valores que se reforzaban con los de la empresa de la que mi papá fue parte por más de 30 años: FEMSA, por lo que su influencia y legado llegaron a mí y a mis tres hermanos desde muy temprana edad.
Recuerdo de niña visitar el Museo de Monterrey y ser testigo y parte de múltiples eventos culturales organizados por FEMSA; aprendí a jugar frontón en los campamentos de verano que en SCYF se ofrecían para los hijos de las y los colaboradores; crecí con buena salud, atendida por doctores maravillosos de la Clínica Cuauhtémoc y, sobre todo, crecí con un papá orgulloso de ser parte de una compañía humana y con grandes valores que a la par nos permitió vivir en Monterrey y en México y enriquecer nuestra perspectiva de vida.
Lo vi jubilarse con gratitud y aprecio, tanto, que aún hace poco nos compartía en casa que “FEMSA fue para nuestra familia como el paraguas de Mary Poppins: nos dio protección, sombra, cobijo y el impulso para volar siempre alto”.
Hoy, estoy convencida de que ese humanismo que distingue a mi padre, Mario Guillé, se fortaleció en una organización que encarna y fortalece los valores y creencias de la sociedad a la que sirve. Y que su dedicación al trabajo, apuesta y empatía hacia las personas, combinadas con la generosidad y el poder de los hábitos que nos enseñó mi mamá, fueron las mejores armas que pudieron darnos nuestros padres a mis hermanos y a mí para enfrentar los retos de la vida.
Me gradué de Ingeniería Industrial y de Sistemas en el Tec de Monterrey Campus Monterrey, carrera que me permitía combinar mi capacidad analítica y el sentido humano que desde pequeña me movía a empatizar con las personas e inquietarme por ellas.
Fui invitada a involucrarme en los Grupos Estudiantiles una semana después de haber entrado al Tec. Mi hermano Jose Mario, quien trabaja también en FEMSA, me abrió camino.
Conocer y convivir con jóvenes que, al igual que yo, pensaban en contribuir al mundo además de estudiar, marcó mi vida. En ellos encontré a mi tribu, y conocí la importancia de rodearte de un equipo con tus mismas aspiraciones y visión a futuro.
Juntos, organizamos conferencias y congresos con empresarios y líderes sociales y gubernamentales, nacionales e internacionales, para inspirar a nuestra generación a reconocerse ciudadanos más allá de meros habitantes. Ser parte del cambio que todos queremos ver. La más inspirada resulté ser yo, que gracias a tantas personas que conocí y marcaron mi vida, comencé a trazar la ruta de mi destino.
Poco a poco empecé a tener más claro hacia dónde quería llegar y comencé a trabajar enfocada para materializarlo.
A los 18 años fui voluntaria en el primer Teletón. A los 19, inspirada por varios líderes en su ramo, ya pensaba lo increíble que sería llegar a dirigir una fundación importante en México y poder tocar muchas vidas.
A los 20 fui seleccionada para ser parte del Emerging Leaders Program del State of the World Forum (SWF), y fui co-organizadora de la agenda de jóvenes del SWF for Peace and Reconciliation en Belfast, Irlanda.
Más tarde, apliqué para participar como voluntaria en la Conferencia Internacional “Financiamiento para el Desarrollo” de las Naciones Unidas, y tras una serie de entrevistas, me asignaron como asistente personal de Kofi Annan.
Conocer a personas como él, presidentes, premios Nobel, una gran diversidad de líderes, y vivir en esos años tantas experiencias humanas, me llevaron a escuchar mi llamado fuerte y claro. Comencé a reconocerme como servant leader, un líder de servicio, y abracé esa identidad. Estaba convencida de que con enfoque y trabajo podía llegar a ser un líder influyente que pudiera servir a los demás a escala.
Para ello, mi cabeza siempre me decía: “traza tu ruta, ¡prepárate!”
Y así lo hice. Cuando llegué a la vida profesional, constantemente me preguntaba ¿qué necesito aprender?, y con ello en mente, compraba libros, buscaba cursos en las mejores universidades, y si no tenía los recursos, buscaba cómo obtener el tiempo, los apoyos o becas para hacerlo.
Mientras otros se iban a vacacionar a la playa, yo tomaba esos días para viajar a organizar congresos, foros o simplemente estudiar; hacer algo que pudiera tener impacto en la gente y en el mundo; no era un trabajo, era mi pasión y una manera de continuar construyendo ese camino hacia donde quería llegar.
En la medida en la que fui ganando terreno en el área del conocimiento, lo mismo iba sucediendo en lo laboral y en la parte personal, pues esto engrandecía mi tribu social, amigos con quien los sueños compartir.
Tuve la oportunidad de trabajar para grandes empresas con proyectos sociales que marcaron mi vida. Proyectos que vi nacer, hacerse realidad y que me acompañarán siempre. Experiencias que me llevaron a tener muy claro que mi propósito lo puedo resumir en tres palabras: “crear, servir y conectar”, y mientras yo haga esas tres cosas me siento viva, útil, y hago que cada día cuente.
Hoy, al frente de Fundación FEMSA, me siento feliz y orgullosa de colaborar en una empresa con la que crecí, que comparte esta visión de impacto y que me hace sentir en casa. Que se distingue no sólo por su liderazgo empresarial, sino por su liderazgo social y moral de gran altura.
Ser parte de una organización que destina con tanto compromiso y visión recursos importantes hacia el impacto social y el beneficio de nuestro país y cada territorio donde opera es para mi un sueño hecho realidad.
El mes pasado, Fundación FEMSA cumplió 13 años, y en el marco de aniversario, quisiera compartirte 7 cosas que hoy quiero celebrar contigo pues hacen única a ésta tu Fundación y que quizá no conoces:
- Su propósito: Contribuir a la justicia social combatiendo problemas sistémicos hoy por la prosperidad de ésta y las siguientes generaciones.
- Nuestras causas: Seguridad hídrica, economía circular, primera infancia y arte y cultura son nuestras cuatro causas y esas palancas de cambio que hemos elegido por su enorme potencial de generar un cambio positivo, tangible y visible en el futuro de nuestras comunidades y que además se vinculan a nuestros core business and core values corporativos.
- Lo que significan nuestras causas: Procuramos acceso seguro a agua para las futuras generaciones, esto es, que haya agua en las casas, en la industria, en tu ciudad, en el medio ambiente y ante un desastre natural. Buscamos frenar la fuga de residuos sólidos al medio ambiente e impulsamos una nueva forma de relacionarnos con lo que consumimos. Estamos poniendo al centro de nuestra sociedad y nuestras decisiones a los niños y niñas en la etapa más relevante de desarrollo del ser humano (de 0 a 6 años), y estamos impulsando que el arte más allá de vivir en los museos, sea un catalizador de cambio social duradero y motor de bienestar para la gente.
- Nuestra visión sistémica y de largo plazo: porque ante el contexto complejo, lo urgente no deja tiempo para lo importante; nuestra Fundación “visualiza el futuro hoy” y está comprometida en lo importante: con ciencia, evidencia y enfoque sistémico hacemos inversiones e intervenciones estratégicas y buscamos hacer visible lo invisible en los sistemas para resolver los problemas de raíz.
- Robusto ecosistema de alianzas: Aspiramos siempre a colaborar con los “best in class” de su ramo, inspirarnos juntos, co-diseñar soluciones. Nuestra red cuenta con más de 150 socios líderes en su ramo a nivel internacional y a partir de 2022, integraremos a este ecosistema a los ciudadanos para integrar también sus voces.
- El equipo de expertos que acompaña a Fundación FEMSA en esta aventura: Un gran equipo que cuando llegué a esta posición en plena pandemia, me abrieron los brazos a la distancia, y hoy, juntos tenemos el privilegio de ejercer diariamente nuestra vocación social. Compartimos una apuesta a la excelencia, enfoque e impacto, y un entendimiento muy profundo de las causas que atendemos.
- Nuestro impacto. Prepárate para este dato: a trece años hemos alcanzado con nuestros proyectos 2,800 comunidades en 18 países y beneficiado de manera directa e indirecta a más de 189 millones de personas. ¡WOW! ¿No?
¿Cuál es nuestra suerte? ¡No creemos en ella!
Nosotros pisamos líneas, pasamos por debajo de las escaleras y no nos importan los gatos negros.
Estamos convencidos que lo que Fundación FEMSA ha construido en estos 13 años se debe a que pensamos de forma sistémica, articulamos cambios, co-diseñamos con actores relevantes, e implementamos, con visión de futuro, iniciativas reales que detonan cambios reales.
Somos disciplinados, entendemos el poder del “Co” (co-diseñar, co-operar, co-laborar), nos guiamos con un Consejo comprometido y compartimos una gran organización con personas que como tú enriquecen nuestro caminar.
Gracias si en algún momento nos has apoyado a llegar hasta aquí.
Como verás, somos más que suerte. Si acaso hubiera una, sería que ¡Somos FEMSA!
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