El reto de ser mujer - FEMSA
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El reto de ser mujer

FEMSA

Por: Lucy González Denis, Directora OXXO Zona Sureste

 

La vida está hecha de experiencias. Algunas se nos presentan de manera natural, otras hay que luchar por alcanzarlas, pero todas traen consigo una misión.

 

Hace algunos años me convertí en mamá, tiempo después, en la primera mujer ocupando un puesto directivo en FEMSA Comercio, y hace apenas unos meses, en sobreviviente de cáncer.

 

Estas experiencias demandaron de mí algo más que reinventarme y reorganizarme; me exigieron paciencia y sabiduría para descubrir su verdadera razón de ser, y tenacidad para vivirlas con los retos que implica ser mujer.

 

Nací en Yucatán dentro de una familia de comerciantes que se abrieron camino en el sector farmacéutico. Desde niña, como hija de médico, se fomentó en casa el valor de la disciplina, por lo que mi vida laboral comienza desde pequeña apoyando en el negocio familiar. Al cumplir 18 años, yo ya trabajaba más formalmente en ventas, eso sin descuidar nunca mis estudios.

 

Con el gusto por el comercio corriendo por mis venas, decido estudiar la carrera de Administración de Empresas, y tiempo después, especializarme con una maestría en Mercadotecnia. Siempre me ha gustado estudiar, pues considero a la riqueza intelectual como una de las principales armas para triunfar en la vida.

 

Sin embargo, mis buenas notas no siempre representaron una garantía en el mundo laboral. Recuerdo ingresar a mis prácticas profesionales, y descubrir una industria en la que predominaba el género masculino; en la que se me cuestionaba y retaba constantemente, sólo por el hecho de ser mujer. Pero eso no me impidió a levantar la mano y buscar oportunidades, tanto en áreas corporativas como dentro de la operación. “¿Estás dispuesta a viajar?, ¿a subirte a ruta?” … eran algunas de las preguntas de los reclutadores. “Estoy dispuesta y lista para aprender”, era siempre mi respuesta.

 

Recuerdo en otra ocasión, llegar a ser finalista en una ronda de selección para el puesto de mis sueños en una compañía muy importante; dado mi historial y capacidades, tenía mucha confianza en obtenerlo, pero no fue así. Cuando pedí retroalimentación, su director de Recursos Humanos me confesó que la única razón por la que no fui elegida, fue porque era mujer: “eventualmente te vas a casar y tener hijos, y hemos visto que muchas ejecutivas no pueden”, dijo.

 

A veces se asume que las mujeres tenemos limitantes, o que la empresa debe facilitarnos las cosas, pero no, lo único que necesitamos es que nos den las mismas oportunidades, que la decisión de si podemos o queremos, venga de nosotras mismas.

 

Y sí, hay situaciones en las que tanto hombres como mujeres, requerimos de apoyo, acompañamiento y empatía por parte de la empresa; en ocasiones quizá hasta necesitemos hacer una pausa en el camino, pero eso debería ser decisión personal y de nadie más.

 

Cuando me convertí en madre, mi carrera en OXXO estaba en acenso, pero una situación con mi hijo me llevó a alejarme por un tiempo y con ello, rechazar una posición nacional que me emocionaba mucho. Y lo hice, no por sentirme incapaz, o porque dudara de mis capacidades; mi familia me necesitaba y así lo decidí.

 

Más motivada y comprometida que nunca por el apoyo recibido, colaboré en diferentes áreas y proyectos hasta que, hace poco más de 4 años, me invitaron a dirigir la Zona Sureste de OXXO, con base en Yucatán, convirtiéndome en la primera mujer en FEMSA Comercio en ocupar un puesto directivo. Hoy en día, tengo un equipo de más de 30 mil empleados operativos, 1500 colaboradores de oficinas y 4000 tiendas distribuidas en 10 estados de la república.

 

Al frente de la Zona he conocido a grandes mujeres guerreras, tanto en las tiendas como en oficinas; me tocó nombrar a muchas gerentas de plataformas en plazas y zona, porque confío plenamente en la riqueza de lo que una mujer puede aportar a la fuerza de trabajo.

 

Sin embargo, es una realidad que no sólo las mujeres sufren falta de empatía por parte de sus jefes. Nuestro deber como empresa, es tomar una vida humana y hacerla más humana. Por ello, juntos, trabajamos en fomentar un liderazgo cada vez más inclusivo y equitativo, en donde sin importar historial, creencias o condición, las personas puedan ser vistas por lo que realmente son.

 

En este panorama, llega el COVID-19 sumándonos un nuevo reto. En lo personal el reto fue doble, ya que a finales del 2019 me diagnostican con cáncer, por lo que el 2020 me dediqué a vivir mi contingencia, dentro de otra contingencia.

 

En medio de quimioterapias y radiaciones, me tocó dirigir al equipo, cuidar su energía, reacomodarnos para sobrellevar esta situación y lograr una manera de trabajar efectiva. En ocasiones, me vi en la necesidad de vulnerarme ante mis compañeros y mis jefes; no hay nada de malo en hacerlo, reconocer cuando necesitamos ayuda es lo único que puede mantener a flote el barco.

 

Gracias al invaluable apoyo que recibí, comprendí la importancia de pertenecer a una empresa que tiene valores y los defiende, y, sobre todo, me motivó a seguir generando más “primeras veces” en la mejora de la calidad de vida de las personas que la integramos.

 

Lucy González, Directora OXXO Zona Sureste

Descubrí que, sin duda, una de las misiones que me trajo el ser mamá trabajadora, es la de levantar la voz para mejorar las condiciones laborales y oportunidades de crecimiento de las madres trabajadoras. Hoy sé, que haber sido la primera directora mujer en OXXO me compromete a impulsar la equidad y el talento femenino que tenemos, para enriquecer e inspirar al resto de la compañía. Descubrí también, que haber padecido una enfermedad tan inesperada y agresiva, me dio la empatía necesaria para luchar más que nunca por una vida con balance y flexibilidad para todos los colaboradores.

 

Las experiencias nos forman, nos marcan y nos dan propósito.

 

Estoy segura de que no habrá mejor recompensa que voltear hacia atrás y poder decir, ¡misión cumplida!