Dos segundos de valentía - FEMSA
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Dos segundos de valentía

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Por: Tania Yoaly Guzmán Espinosa, Asesor Capacitador en Coca-Cola FEMSA México.

 

 

La vida se trata de dos segundos de valentía.  Aquellos en los que decides tirarte sin paracaídas, sosteniéndote sólo de tu fe. El miedo te puede paralizar, pero sólo dos segundos bastan para dar el primer paso… para cambiar el rumbo de tu destino.

 

Ahora lo cuento así, pero cuando sales del clóset no es tan sencillo; debes enfrentarte a situaciones difíciles con las que no contabas y te cuestionas, ¿y ahora qué hago?

 

Desde los 6 años yo tenía muy claro que en mí había “algo diferente”. Y claro que asusta. En mi caso, soy hija única, nacida en una familia conservadora en todos los sentidos. Mi abuelo, un militar de carrera de 40 años, y mi abuela dedicada al hogar con ideas propias de su tiempo, no era precisamente el ambiente ideal para hablar de ello. Afortunadamente, mis papás son un poquito más revolucionados y eso me permitió a los 17 años levantar la voz… hacer ese saltito de fe.

 

Desde entonces, y gracias a ello, mi familia, compañeros, maestros y cualquier persona que se ha cruzado en mi camino, han podido conocer a una mujer auténtica y feliz. Una mujer libre, soñadora, intensa y muy apasionada… ¡apasionada por todo! Estoy convencida de que la vida hay que vivirla como si no hubiera un mañana, querer mucho, aprender mucho, hacer mucho y convirtiendo las dificultades en retos apasionantes que nos llenen el corazón.  

 

Soy Administradora Industrial egresada del Instituto Politécnico Nacional y, si me preguntaran sobre mis pasiones, sin duda tendría que comenzar hablando de mi carrera profesional, en especial de este último año dentro de Coca-Cola FEMSA.

 

Aún recuerdo tener en mis manos un boleto de avión con destino a España, país en donde empezaría un nuevo trabajo y una nueva vida. A pocos días de emprender el viaje, recibí una llamada que cambiaría de golpe mis planes: había sido seleccionada para un proceso de reclutamiento en Coca-Cola FEMSA.

 

Tras un par de entrevistas afortunadamente exitosas, decidí quedarme en México y tomar la oportunidad. Fui contratada como externa, y al cabo de 3 meses y muchos dedos cruzados, logré ingresar de planta. Una cosa puedo asegurar: me enamoré de la compañía desde el primer día.

 

Soy Asesor Capacitador, y mi trabajo consiste en dar la bienvenida a los nuevos ingresos y brindar sesiones de inducción a la empresa. No hay nada más satisfactorio que recibir a nuevos colaboradores que en ocasiones los trae aquí la búsqueda de estabilidad económica, y hacerles ver a la gran familia que han llegado: una empresa que le hace honor a su ADN y a los valores FEMSA. Que se compromete a la excelencia, que realmente se enfoca en sus clientes y consumidores, y que pone antes que nada a su gente, sus necesidades, familias, sueños y aspiraciones.

 

Mi “trabajo” es inspirarlos a creer en ellos mismos, y abrirles los ojos a todas las oportunidades y crecimiento que pueden alcanzar al ser parte de Coca-Cola FEMSA.

 

También me gusta ser muy reiterativa en el tema de la diversidad e inclusión. Muchos de ellos vienen de una educación más tradicional, por lo que es importante hacerles saber que aquí tenemos un abanico súper colorido de personalidades y que, si no respetamos y nos hacemos respetar, no vamos a llegar muy lejos. 

 

Estoy por cumplir 32 años de edad y tengo la fortuna de estar justo en donde quiero estar: en el trabajo de mis sueños, al lado del amor de mi vida, y rodeada de una familia, amigos y compañeros que me apoyan incondicionalmente. Sin embargo, aún hay quienes no pueden decir y vivir lo mismo, y es por ellos por quienes debemos seguir luchando.

 

Pero luchando profesionalmente, desde nuestras trincheras, demostrando que somos igual de eficientes, igual de responsables, demostrando nuestras capacidades con constancia, disciplina, hasta dejar de ser considerados como una “comunidad”, sino como parte de un todo.

 

Soy una orgullosa portavoz de la cultura FEMSA, porque puedo afirmar con toda seguridad que aquí en Coca-Cola FEMSA tenemos cabida todos. Que, así como cada uno tiene un equipo de futbol favorito, o hay a quien les guste el chocolate y quien no, así también alguien puede ser cristiano, mormón o gay, ¡es lo mismo!, al final lo que cuenta, y lo que realmente le interesa a la empresa, es potenciar el talento de su gente y sus capacidades, que los lleven a alcanzar sus sueños y metas.

 

Me enorgullece pertenecer a una empresa tan avanzada en temas de cultura organizacional, que presta especial atención al factor humano, y que vive este Pride junto a la comunidad LGBTQ+, no sólo en junio sino todo el año, ofreciendo las mismas oportunidades para todos y todas.

 

Una empresa en donde su estrategia de Inclusión y Diversidad comprende mucho más que el apoyo a esta comunidad, sino que parte de una realidad que a veces olvidamos: todos somos diferentes, independientemente de pertenecer a una minoría o segmento de la población.

 

El camino está muy avanzado, pero aún queda mucho por hacer.

 

Es tarea de todos y todas dentro de las compañías, el seguir creando los ambientes propicios y de confianza para que las personas podamos desarrollar nuestro máximo potencial.

 

Porque sólo cuando realmente conectas con ese ser auténtico que vive dentro de ti es cuando viene el verdadero florecimiento. En el momento en que puedes mostrar tu verdadera personalidad, sin temores o prejuicios, es cuando surge una creatividad sin límites, se forman grandes ideas y sueños, y surge una mente nueva, más poderosa… ¡imparable!

 

Todas las personas necesitamos y merecemos respeto, comprensión y empatía. Trata como te gustaría ser tratado.  

 

No es tan difícil… sólo toma dos segundos.