Decisiones, decisiones - FEMSA
Artículos

Decisiones, decisiones

FEMSA

Por: Jessica Ponce de León, CEO de Solistica.

 

 

Sinceramente no sé cómo llegué a esta industria. Por mucho tiempo mi sueño fue ser veterinaria.  Recuerdo haber crecido rodeada de mascotas de todo tipo: desde pollos y patos, hasta ranas, arañas y víboras. Amo a los animales y hacer una carrera de ello me resultaba muy atractivo.

 

Sin embargo, la vida son decisiones y yo nunca las he tomado a la ligera. Porque sé muy bien que cuando elegimos una cosa también estamos dejando ir otra, lo cual hace muy necesario tener claro hacia dónde queremos ir, qué queremos lograr y qué nos motiva realmente. Se dice fácil, pero para lograrlo, en el camino debemos permitirnos escuchar nuestra mente y corazón, y cambiar de rumbo las veces que sean necesarias.

 

Yo nací en la Ciudad de México, en una familia de clase media. Mi papá, Ingeniero Mecánico, trabajaba en una planta de producción; recuerdo acompañarlo uno que otro sábado a su lugar de trabajo y ver con asombro cómo construían las carrocerías de camiones.

 

Por muchos años mi mamá se dedicó de tiempo completo a la familia, y no fue sino hasta que yo estuve en preparatoria que comenzó a trabajar fuera de casa. Gracias a ambos es que tuve una infancia muy feliz.

 

Me encantaba la escuela y me gustaba mucho leer, aunque a veces eso era un problema porque terminaba muy rápido mis deberes, lo que orillaba a mis papás a inscribirme en todo tipo de clases extracurriculares para mantenerme ocupada.

 

Como hermana mayor, disfrutaba mucho jugar con mis hermanos, pero también retarlos y aprender de ellos.

 

Estoy convencida de que eso es lo que me ha traído hasta donde estoy ahora; me gustan los retos, estar en constante cambio y nunca dejar de preguntarme ¿qué quiero? pero, sobre todo, ¿qué tengo que hacer para llegar ahí?

 

Cuando se llegó el momento de elegir mi carrera profesional me decidí por la Ingeniería Industrial. Sin duda, un gran acierto que me brindó un panorama muy amplio para desenvolverme en diferentes áreas de la materia. Y fue así como un día, tras algunos meses en otra empresa, llegué a las puertas de la que hoy considero mi segunda casa: FEMSA.

 

Entré a Coca-Cola FEMSA en 1998, ocupando una posición de practicante para un área que recién se formaba. El proyecto consistía en implementar un nuevo modelo de venta en el Valle de México.

 

A partir de ahí, mi carrera comenzó a tomar una serie de caminos distintos. Comencé a crecer, pasando por muchos puestos en diferentes áreas de la empresa, teniendo la oportunidad de viajar a Argentina, Colombia y Brasil para ayudar a implementar modelos de ventas y distribución.

 

Tras 10 años de especializarme en ese ramo, recibo una oferta de otra compañía, la cual representaba un reto importante para mí. Otra gran decisión en mi vida de la cual no me arrepiento. Estar fuera por 3 años me formó como persona y profesionista, y, sobre todo, me brindó conocimientos y experiencias con los que regresé a Coca-Cola FEMSA, primero al área de Recursos Humanos, y un año más tarde, acercándome más a la operación como responsable de gobernanza en el Área de Procesos Comerciales para la división Sudamérica.

 

De pronto, surge una oportunidad que cambiaría el rumbo de mi carrera y mi vida entera: mi primer puesto directivo. La decisión no era sencilla. Yo ya estaba casada y con una vida muy estable y feliz, y la posición implicaba mudarnos a Brasil.

 

Sin embargo, es en situaciones como estas, son en las que agradezco contar con el apoyo de Arturo, mi esposo, que además de mi pareja, es mi mejor equipo. Juntos, analizamos la propuesta y encontramos la manera de continuar con nuestro proyecto de vida en un nuevo país.  

 

Brasil ha sido una de las experiencias de trabajo y de vida más ricas que he tenido; su gente, su cultura y la responsabilidad de ver los temas de distribución de la compañía en ese territorio resultaron en una aventura maravillosa, que sin duda me formó para lo que vino después.

 

Al regresar a México, y tras 4 años más de experiencias en Coca-Cola FEMSA, en el centro de excelencia de logística y en la operación distribución de la División México, recibo la invitación de unirme a Solistica, una empresa que siempre he considerado con un potencial grandísimo; estoy convencida de que FEMSA hace muy bien muchas cosas, pero dentro de todos sus negocios, algo en lo que destaca y que representa para nosotros un pilar muy importante es la logística.

 

En enero del 2022, tras un par de años dedicada a aprender como responsable de las operaciones de transporte en los países donde operamos, fui nombrada Directora General. Mucho se ha hablado de cómo esto representa la primera vez que una mujer encabeza el negocio, pero más allá del género, esto es consecuencia de muchas otras cosas más.

 

De haber levantado la mano. De haber buscado y aceptado retos, aunque estos me obligaran a aprender cosas nuevas, prepararme y salir de mi zona de confort.

 

De tener grandes maestras y maestros, de todos los niveles, y de los cuales llevo mucho en mí.

 

De promover la cercanía y la apertura con la operación, lo que nos ha llevado a trabajar sin filtros, conociéndonos y aprendiendo los unos de los otros.

 

De seguir siendo yo, buscando siempre el balance que me permite darme espacios para mí, para cocinar, leer, dedicar a mi familia tiempo de calidad; para de desconectarme los fines de semana, y regresar con la batería recargada a dar lo mejor de mí cada día.

 

Siempre he creído en la importancia de estar bien con nosotros mismos. De conocernos a la perfección. De estar bien conscientes de qué es lo que realmente nos motiva y nos hace felices. Si estás en un momento de tu carrera en el que no sabes qué rumbo tomar, te invito a que te preguntes ¿a dónde quiero ir? Y sobre todo ¿para qué quiero estar ahí?

 

Es curioso cómo las mejores decisiones suelen tomarse, sí con la cabeza, pero también con el corazón.