Por Abraham Garza Álvarez, Gerente de Medio Ambiente de FEMSA Comercio.
Una tarde, conduciendo camino a casa, pude presenciar cómo un pasajero de un taxi que iba frente a mí abrió su ventana y, con mucha naturalidad, arrojó una bolsa llena de basura en la vía pública.
Tengo más de 15 años trabajando en temas relacionados al cuidado del medio ambiente; primero en una consultoría con proyectos de reducción de emisiones, energía renovable y reciclaje de residuos, después como auditor de proyectos de créditos de carbono y certificaciones en ISO 9001 e ISO 14001, y desde hace 8 años en el área de sostenibilidad de FEMSA Comercio, involucrado en temas ambientales para Tiendas y Cadena de Suministro de OXXO México y en estaciones de OXXO GAS, y llevando la agenda de sostenibilidad general para Farmacias YZA y División Salud Internacional.
He visto de cerca, y he sido partícipe de muchos esfuerzos, proyectos e iniciativas que ha creado la empresa para generar menos residuos en su operación, para aprovechar los materiales, y otras acciones para operar de manera socialmente responsable y sostenible; sin embargo, ese taxi fue para mi un recordatorio de que, si queremos salvar al planeta, nosotros solos no vamos a poder.
Todos tenemos que ser parte del cambio. Las empresas tenemos una responsabilidad muy grande, no sólo de establecer estrategias de sostenibilidad, sino de ser tractoras y líderes en estos temas, influir en hacer corresponsable al ciudadano, educar, crear conciencia, generar alianzas y movilizar a las comunidades. Porque no importa cuántos contenedores de basura instalemos en el mundo, la decisión final de separar un residuo, reciclarlo o tirarlo a mitad de la calle es de cada uno de nosotros.
Yo tengo dos hijos, uno de 3 años y otro de 1, y como papá sé lo retador que puede llegar a hacer que comprendan que las cosas no “se caen”, nosotros las tiramos. Y lejos de culparnos, es nuestra responsabilidad aceptarlo y tomar acciones para corregirlo. El mundo no se ha ensuciado solo. Todos hemos contribuido de alguna forma, y es tarea de todos hacer algo al respecto.
En FEMSA Comercio lo hacemos en nuestras tiendas, buscando una gestión integral de los residuos, desde reducir la cantidad de materiales, hasta tener un manejo adecuado de los mismos y llegar al reciclaje.
También hacemos sinergia con proveedores, optimizando empaques, incorporando material reciclado, y trabajando con nuestros prestadores de servicio como los recolectores de residuos, para ver cómo podemos colaborar en un manejo integral y reciclaje de residuos.
Tenemos iniciativas que involucran a nuestros clientes y la comunidad, brindándoles facilidades para reciclar, para apoyar causas a través del redondeo, participar en acciones comunitarias, o con iniciativas como refill de café andatti al llevar su termo a la tienda.
Aunado a esto, invertimos en investigación y desarrollo, y en conjunto con Fundación FEMSA, el Tec de Monterrey y otras instituciones, hacemos estudios y análisis para buscar solución a problemas que localmente aún no se han podido resolver.
Como empresas, sería muy irresponsable de nuestra parte no involucrar a la comunidad en el cuidado del medio ambiente. Es como si un maestro explicara la clase, y él mismo hiciera la tarea. En FEMSA, tenemos la misión de generar valor social y transformar comunidades; pero para ello, debemos empezar por promover la transformación de las personas, fomentando hábitos y comportamientos sostenibles.
Y ahí vamos. Sabemos que muchos de los logros de la compañía han sido gracias a todos los que se han sumado; juntos, hemos reciclado una gran cantidad de pet en varias comunidades, hemos limpiado playas y, con sus donaciones a través del programa de Redondeo, apoyado a cientos de instituciones que trabajan por crear un mundo mejor.
No podemos quedarnos solamente con lo que nos toca hacer, siempre podemos hacer un poco más. Siempre podemos regresarnos a apagar una luz que se quedó prendida, poner un residuo en el contenedor correcto, imprimir por ambos lados de la hoja o mejor aún, migrar a digital.
Sí, quizá nos tome 10 segundos más.
Y sí, quizá le regalemos al planeta 10 millones de años más.
